Como la mayoría de los deportes el futbol es una fuente positiva tanto de salud como de herramientas para adquirir disciplina individual y sobre todo en equipo; además que favorece la movilidad y la coordinación de esa movilidad.
El fútbol se considera el deporte que ofrece mayor oportunidades de éxito atlético, desde muy temprana edad los niños pueden empezar con estas prácticas e ir descubriendo los talentos atléticos, ya que fortalece dichos talentos naturales que ningún otro deporte lo hace. Quien practica este deporte tiene la oportunidad de desarrollarse no solo a nivel físico, sino emocional y social. Permite aprender sobre sí mismo sacando a flote destrezas o talentos que el mismo participante desconocía, lo que hace que se desarrolle la capacidad de acción y el valor personal.
Además con la práctica del futbol se aprende a trabajar y/o competir en equipo y de forma individual. Muestra las estrategias y herramientas para alcanzar metas y objetivos que en algunos casos son abandonas por considerarlos imposibles.
En fin es un deporte que ofrece un abanico de opciones y posibilidades para el éxito, siempre y cuando se tenga claro que se trata de un trabajo arduo, constante, disciplinado y con el estímulo propio y del entrenador de ser mejor jugador cada día, para dar al equipo al que se pertenezca los mejores resultados desde la posición que toque asumir durante el partido.
De los talentos naturales a las habilidades.
Se debe trabajar en el mantenimiento o fortalecimiento de las habilidades físicas con las que deben contar un jugador, como son principalmente la resistencia y la fuerza física, a fin de conservar el trabajo defensivo y ofensivo que se desarrolla durante un partido de fútbol en un alto grado y para golpear el balón con fuerza. Otra habilidad importantísima es la velocidad, puesto que los jugadores más rápidos, más agiles se consideran resaltante o extremos.